Bienvenidos

Este blog trata sobre indumentaria valenciana. Analizamos piezas actuales y antiguas, desde el rigor histórico y la iconografía pictórica de diversos artistas valencianos.

También esperamos realizar entrevistas a distintas indumentaristas, artesanos, falleras y falleros que quieran colaborar con nosotros mostrándonos sus trajes.

martes, 22 de diciembre de 2015

La Tortugueta

Tenemos el gusto de hablar con Penélope que como ella misma dice es la que lleva el timón de la empresa. Ella nos explica de forma breve como fue la creación de su empresa y el porqué de su nombre.


El nombre de La tortugueta viene por la afición de mi madre, Macu, fundadora de la Tortugueta en el año 1989, a coleccionar tortugas.

La Tortugueta empezó con una ilusionada Macu, ballaora de dances e investigadora de indumentaria y tradiciones populares, con infinidad de artículos y dos libros publicados, que en 1989 viendo la carencia que existía en la realización de este producto, empezó buscando a una señora que le tejía lo que ella le dibujaba y explicaba. Viendo lo bonito que eran los calcetines sus compañeros del Grup de Dances empezaron a realizarle pedidos. De estos grupos fueron otros grupos quienes la buscaban y así fue como se dieron a conocer sus productos en Valencia. Ella acudía un día a la semana a la capital y enseñaba su muestrario en las mejores tiendas de indumentaria valencianas, ellos le realizaban sus pedidos y encargados y a la semana siguiente Macu volvía entregaba y volvía a recibir nuevos pedidos.


¿Qué tipo de medias y calcetines realizan?
Realizamos cualquier tipo de media tradicional. Medias con talón, polaina, sin pié, peúcos y de cualquier tamaño o medida.


¿Cuáles son los materiales que emplean?
Los materiales que utilizamos son algodón 100% de la mayor calidad del mercado y Rayón viscosa, también conocida como seda artificial.


¿Qué colores son los más utilizados?
Los colores que más nos piden son los granates, grises y crudos.


¿Moda o tradición para la confección de sus prendas?
Tradición, nosotras reproducimos siempre modelos antiguos basados en nuestra investigaciones en museos, anticuarios  y coleccionistas. Siempre asesoramos a nuestros clientes sobre la correcta manera de vestir de acuerdo a aquella época.


¿Qué tiene más éxito de utilización en hombre, la cofia o el barret?
Los hombres vestían cofias, barrets o mocadors y se nos piden los tres artículos por igual.


En cuanto a los escapularios ¿Realizan piezas por encargo?
Los escapularios los hacemos por encargo y también tenemos ya realizados. Podemos hacer cualquier Santo o devoción y los colores de los bordados y cintas que llevan son los que cada imagen tiene asignados por la iglesia, nosotras, como ya te he comentado, no inventamos nada.


¿Han realizado algún trabajo del que se sientan especialmente orgullosos? 
Sí, claro,  hemos muchos trabajos especiales, hemos elaborado medias para varias falleras mayores de Valencia, Reina de fiestas de Castellón, Bellea del Foc de Alicante, Corte de honor de Reina y Damas de Burgos. Calceteria para varias películas, como “Libertador”, que cuenta la vida de Simón Bolivar y uno de los últimos trabajos que más orgullosos estamos ha sido la realización de toda la calcetería, más de 200 medias para la película norteamericana “The promise”, la pelicula está ambientada en el final época del imperio Otomano.


¿Qué significa para ustedes el haber sido premiados en dos ocasiones?
Hemos sido galardonados con el Sello de Artesanía de la Comunidad Valenciana. DECA nº2324 y con el Sello de Producto de Artesanía Natural de Parcs Naturals. Somos los únicos artesanos calceteros reconocidos con el Sello de Artesanía. Estos galardones nos hace sentir muy orgullosos de que se reconozca toda nuestra labor de investigación y realización de las medias que llevaban nuestros antepasados.

Gracias Penélope por sus  palabras, seguro que van a ser de gran interés para nuestros usuarios. Y gracias por cuidar de nuestra indumentaria. 

lunes, 21 de diciembre de 2015

La Tortugueta - Comercio artesanal

La Tortugueta es un comercio artesanal de medias, cofias, barrets, escapularios,etc. Situado en la calle Els Alzamora, 32 en Alcoy provincia de Alicante. Está englobada en la tienda De Fil de Vint, comercio de indumentaria tradicional, trajes de novia y fiestas.


Estos artesanos calceteros realizan cualquier tipo de reproducción en calcetines, cofias, barrets, lligacames o escapularios.

Disponen de Facebook para ver sus productos y poder hacer pedidos.

domingo, 13 de diciembre de 2015

sábado, 28 de noviembre de 2015

El Copino

El copino era un sombrero de copa muy baja y redondeada y de ala grande y dura.



Este tipo de sombrero era de forma sencilla y normalmente estaban realizados en paño. Llevaban como adorno un cordón que rodeaba la copa y acababa en dos ramales. Este cordón en ocasiones era de colores. 



Observamos este sombrero en diversos grabados y azulejos cerámicos.

viernes, 30 de octubre de 2015

El encaje de Valenciennes

El encaje de Valenciennes era muy conocido, admirado y de calidad. Utilizado en ocasiones dentro de la indumentaria valenciana, como puntilla en escote y mangas de camisas y en enaguas de la mujer.

Este tipo de encaje se originó en Valenciennes, de donde toma su nombre, localidad situada en el norte de Francia. Tuvo su momento de esplendor en el siglo XVII entre los años 1705 y 1780, posteriormente la producción se trasladó a Bélgica en los alrededores de Ypres. Pero la producción a pequeña escala siguió en el siglo XIX.


Este tipo de encajes se caracteriza por la apertura de la réseau que es el fondo de la red, la estrechez y la uniformidad de la toile que es el patrón de dibujos y la carencia del cordonnet que es el cordón que delinea y delimita el dibujo. Podía realizarse sobre una almohadilla en una sola pieza continua.

viernes, 16 de octubre de 2015

Las faldas - El Vió

Era una falda de origen muy antiguo que se utilizaba sobre la enagua en días de trabajo. Según lugares recibía diferentes nombres, pero vamos a diferenciar el vió del resto de faldas por su diseño rayado. Vió significa lista o vía, las rayas podían ser anchas o mayoritariamente estrechas y siempre verticales.

Era una prenda interior que en ocasiones pasaba a ser exterior para proteger la falda de vestir.


Los colores eran muy variados, rojos, verdes, azúl, blanco, etc. El color de las rayas sobre el fondo blanco solían ser normalmente rojos y azules. También colores combinados como el verde y el rojo. 

Los tejidos con los que se confeccionaban eran normalmente de cáñamo, lienzo, lana o algodón confeccionados en telar casero. El ancho y la hechura era el mismo que las faldas, o sea tres o cuatro metros. Tres caídas para la parte de atrás y dos para la de delante. Se abrochaban por medio de betas o cintas que ataban la parte de atrás hacia delante y la de delante hacia atrás, quedando dos aberturas laterales que podían ir rematadas por un cordón de colores vistosos.
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En la parte inferior aparte de llevar el cordón por el canto llevaban un ruedo de 10 a 30 cm. alrededor de la pieza de un tejido diferente que el de la falda que además de proteger la pieza servía de adorno.


Existían unos vións en zonas de interior que fueron muy populares y utilizados, eran a cuadros negros combinados normalmente con rojos, verdes y azules. 
Estos son los que hemos encontrado en algunos de los cuadros estudiados.

martes, 29 de septiembre de 2015

El Justillo II

El justillo fue una pieza muy utilizada desde tiempos antiguos, teniendo su época de apogeo en el siglo XVIII, donde se popularizó y fue una prenda muy característica en la indumentaria tradicional valenciana. Creemos que se merece volver a hablar sobre el, esta será la tercera ver que tratamos el tema y vamos a englobar las dos entradas anteriores y a extendernos más en la explicación.

El justillo también era llamado cotilla, coteta, cosset según la comarca. Era una pieza exterior que cubría el cuerpo desde los hombros a la cintura ajustando el cuerpo y oprimiendo el pecho, no llevaban mangas y se llevaba siempre encima de la camisa.
Para acoplar esta prenda al vuelo de la falda llevaba unas pequeñas aberturas de la cintura para abajo llamadas aletas, almenas, faldillas, etc. En la parte superior llevaban hombros o tirantes.


El escote era amplio y grande, normalmente de forma cuadrado, rectangular, redondeado o en forma de M. En su gran mayoría estaban abiertos por delante y existían dos tipos de encordado. En uno los ojetes estaban a la vista y se ataban por medio de un cordón pasado por ellos, confeccionado a mano de seda o algodón en la parte exterior. La otra manera de encordar llevaba los ojetes en la parte interior realizados en una tela cosida en el borde del delantero que ocultaba el cordón.

La punta delantera podía ser redondeada, triangular o cuadrada y su largo solía ser el doble que el de las aletas. Su función era la de alargar y estilizar el cuerpo femenino.


En la parte de la espalda lo más común era llevar tres aletas, una central más grande de diferentes formas, de rectángulo, trapecio, cola de milano, etc y dos más pequeñas a los lados. También podían llevar dos aletas iguales o una sola central.

El número de aletas dependía del modelo del justillo y del tamaño de la persona que lo llevaba. Podía llevar de cuatro a once, pero el numero más habitual eran nueve. Estas aletas podían ser rectangulares o redondeadas y su largo era de seis o siete cm. Posteriormente desaparecieron de la vista al llevarse por dentro de la falda.


Para que la pieza quedara rígida se utilizaban unas varas de madera, de olivo, palmera, esparto, paja, etc. situados entre el forro y el tejido y pasado por unos pespuntes. Esto permitía ajustar y estrechar la cintura y levantar el pecho. Este encañado se situaba en la parte delantera, pero también podía ir en el centro de la espalda.

En la parte superior casi siempre los justillos se ajustaban a los hombros por tirantes añadidos, esto permitía ahorrar tejido, ya que podían estar hechos con telas de otras calidades que quedaban ocultas al llevar puesto el pañuelo de pecho. Solían ir en disminución de detrás a delante quedando una punta redondeada escondida en el escote o abrochándose delante con la parte delantera. Como ya hemos comentado esta forma era la más usual, pero también podía ser que el delantero y el trasero fueran de una pieza que se unía en los hombros por medio de una costura.


Habían diferentes modalidades de patronaje. En la parte de la espalda unas tenían costura central y otras llevaban la espalda entera sin costura. También en la parte delantera habían variaciones, las que tenían la pieza delantera añadida y las que no tenían pieza delantera diferenciada.
Destacamos que los justillos nunca se confeccionaban con pinzas o pliegues, era la forma correcta del patrón la que conseguían ajustar de forma correcta el cuerpo.

Las telas empleadas para su confección eran muy variadas porque debido a la poca cantidad que se necesitaba toda mujer podía permitirse tener un justillo realizado en seda, como eran los brocados, rasos, espolines, tafetanes, etc. También los había más sencillos realizados en algodón, lienzo, hilo, etc.

Los dibujos de los tejidos eran en su mayoría florales. Grandes ramos y jarrones que podían ocupar toda la espalda de la pieza, normalmente todos estos tejidos eran simétricos. También podían ser con dibujos de cestas con flores, o pájaros de pequeño tamaño, estos diseños eran asimétricos. Otros dibujos eran de pequeñas flores simétricas y otros no tan populares con motivos geométricos, rallas o a cuadros.

El colorido eran generalmente vivos, los colores de base más utilizados eran el rojo y sus variantes, rosa, salmón. El azul y sus tonalidades y la mezcla de los dos, berenjena, malva, etc.


Los motivos ornamentales y decorativos se situaban en el escote, hombros, tirantes o aletas. En ocasiones llevaban unos recortes hechos de cuero o piel, que además de decorar protegía la zona, estás solían situarse en la punta delantera y en las sisas. En la espalda algunos llevaban un hilo dorado o plateado superpuesto en las costuras formando cenefas en forma de bordados de cadeneta o de realce.

El justillo en principio fue una prenda exterior, luego pasó a ser semi exterior utilizándose debajo de otras prendas ya en el siglo XIX. Con el paso del tiempo esta pieza derivó en el corsé.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Tipo y trajes populares valencianos

Esta exposición de trajes populares fue inaugurada el 31 de marzo y estará abierta hasta el 20 de septiembre en la Casa - Museo Benlliure, situado en la calle Blanquerías 23 de Valencia. 


Muchos de vosotros ya la habréis visitado, pero los que no lo han hecho aún tienen unos días para ir verla. En ella no hay trajes, sino una recopilación de grabados, ilustraciones y estampas realizadas entre el siglo XVIII y XIX, donde podemos ver como eran verdaderamente los trajes que llevaban en esa época y como vestía la gente. Los autores son Juan de la Cruz Cano y Olmedilla, José Ribelles, Hellip y Antonio Rodriguez entre otros, también autores extranjeros y otros anónimos. Entre otras piezas que componen la obra también podemos ver azulejos, colecciones de trajes, libros de viajes, etc.


La comisaria de la exposición es Victoria Liceras, conocida indumentarista y coleccionista que es toda una institución en el mundo de la indumentaria. Según ella ha dicho, la exposición intenta acercar al público la tradición y la costumbre.


Por todo ello esta exposición nos parece muy interesante y dado el interés que últimamente despierta el tema de la indumentaria tradicional valenciana, resulta imprescindible ir a visitarla para saber como eran verdaderamente los trajes en esas épocas y para intentar vestir lo más correctamente posible.

martes, 25 de agosto de 2015

Primera Plana - La indumentaria



El cuadro que hoy analizamos es una bonita composición en la que vemos a tres personas. Una mujer, un niño y un hombre mayor. La mujer lleva un traje con un precioso tejido listado y estampado de color salmón en la base, las flores son de color blanco con hojas verdes y las rallas verticales en color azul grisáceo.


El corpiño es propio del siglo XIX con mangas abullonadas conocidas como de farol rematadas por unas puntillas en tono crudo. Lleva un pañuelo cruzado en el pecho con una puntilla por el borde y un pequeño delantal también en tonos crudos. Va peinada con el moño de detrás y los rodetes a los lados con sus respectivas peinetas y los pinchos y agujas. Como joyas luce unos grandes pendientes de a tres o de la Verge y un collar de perlas. A los pies calza sobre unas medias blancas unos zapatos con un pequeño tacón y con un lazo como adorno.


El niño viste una camisa blanca debajo de un chaleco o jotepí abierto y un calçó negro encima de un calçotet blanco como ropa interior. Lleva unos botones metálicos en las perneras y en el chaleco. 


A la cintura luce un pañuelo estampado y a los pies unas alpargatas atadas que podemos observar muchas veces en láminas antiguas. También lleva unas medias de color blanco y un bolso cruzado de color marrón. En la cabeza luce un casquete negro.


En el hombre mayor solo observamos que lleva una camisa blanca debajo de una chupa de color negro, en la cabeza luce un casquete en tonos marrones. Como adorno del sobrio traje vemos que lleva un botones de metal en la solapa y en las mangas.

martes, 18 de agosto de 2015

Primera Plana


PRIMERA PLANA
1885 Óleo sobre lienzo 190 x 110cm.
Museo de Cádiz.

El Autor

Sobre Vicente Nicolau Cotanda, ya hablamos en su día. Para leer información sobre este pintor Saguntino nos remitimos a la entrada que se puede encontrar pulsando en el siguiente enlace

La Obra

El cuadro nos muestra una escena en la que una mujer sentada sobre una silla, sostiene y lee una carta. Tras ella, quien parece su padre, también parece leer esta misiva con gran interés. Mientras, a sus pies, su hijo, observa con dulzura el rostro de la madre. Todo transcurre en lo que parece el patio de una casa. En él podemos advertir la presencia de cerámica popular valenciana, así como una serie de plantas y flores que contribuyen a dar una sensación ambiental de exterior. La tela, con personajes pintados a tamaño natural, fue galardonada con la medalla de oro en la Exposición de Cádiz.

Respecto a la composición, podemos advertir diferentes aspectos que nos llaman la atención.

En primer lugar, a primer golpe de vista, descubrimos que la escena se apoya sobre una diagonal. Esta línea pasa por el ojo del niño y enmarca el lateral del rostro de la mujer.


Si trazamos las dos mitades de la obra, podemos comprobar como su centro se encuentra también sobre el mismo ojo del niño.


La línea vertical enmarca el rostro del abuelo, mientras que la horizontal coincide con la arista de la balda de cerámica que podemos observar tras los personajes.

La división áurea de los dos laterales, arroja también curiosas coincidencias.



La línea horizontal superior enmarca la línea superior de la carta, la base de la cabeza de la mujer, su hombro, y la mano del abuelo. La línea horizontal inferior coincide con el borde de la canasta, y parece servir de apoyo invisible al brazo del niño. En cuanto a las verticales podemos concluir que enmarcan la cabeza de los dos varones, mientras que la derecha coincide con el ojo de la mujer.

La dirección de las miradas hacia la carta, excepto la del niño, crea una serie de tensiones visuales que se pueden resumir en el rombo que vemos en la siguiente imagen.



Estas tensiones suelen utilizarse por los autores para dirigir la mirada del espectador de manera intencionada por toda la superficie pictórica, y en este caso, alrededor de la carta que es el elemento organizador de toda la composición.

Por último, respecto a la composición, podemos advertir la presencia de ritmos curvilíneos como vemos en la imagen adjunta.



Estos ritmos suelen utilizarse para dotar de un movimiento interno a la obra, y en este caso, romper y dulcificar la tensión de la diagonal compositiva.

Respecto a la gama cromática, destaca la calidez de la obra apenas rota por los verdes, suficientemente neutralizados, y de algunas notas azules en flores, cerámicas y ropa de la canasta. El resto de la obra tiene una dominante cálida, donde predominan los rosas y pardos, fuertemente potenciados por los blancos y negros. La luz es bastante matizada, de dirección superior izquierda y no genera grandes contrastes. Este hecho contribuye a matizar la atmósfera tenue y agradable de la escena, generando una cierta sensación de sosiego y bienestar.

La pincelada, es fuerte y vigorosa en los grandes espacios, sin embargo esta fuerza se convierte en caricia si hablamos de la manera en que el autor modela el volumen en el rostro y manos de los personajes, en los que la suavidad es la tónica.

En definitiva nos encontramos ante una obra de una gran fuerza pictórica y expresiva, que no renuncia a las sutilezas allá donde la escena las requiere. Con un gran estudio compositivo previo y con una agradable elección cromática, la obra transmite al espectador con gran acierto y sensibilidad los sentimientos de los personajes que la habitan.

viernes, 31 de julio de 2015

El mantón de Manila en la indumentaria valenciana

Esta prenda de vestir no era propia de nuestra zona, ya que fue una pieza de importación. Pero vamos a hablar de ella debido a que fue muy utilizada en la indumentaria tradicional valenciana, al igual que en otros lugares de España.
El mantón de Manila forma parte de trajes típicos regionales, también es muy utilizado en nuestro folklore formando parte de su indumentaria al utilizarla para bailar sus danzas. También son muchos pueblos que celebran su baile del mantón, donde las mujeres desfilan con sus mantones y en algunos lugares hasta dan premio al mejor.


Aunque este mantón es conocido como de Manila, era procedente de China posiblemente de la zona de Catón. Su nombre pudo asociarse al puerto de Manila, donde desembarcaban los productos traídos de Oriente a la colonia española durante el siglo XVI y que luego eran embarcados para traerlos a España.

Eran piezas de seda bordadas a mano, originariamente los bordados típicos de China eran dragones, pagodas, etc. Pero debido a las preferencias españolas estos dibujos fueron sustituidos por otros más típicos como eran las flores, rosetones, pájaros, etc.


Los primeros mantones procedentes de Manila no tenían flecos, fue en España donde se le añadieron, dándole más realce. La cantidad de bordados y el largo del fleco era lo que más encarecía al mantón. 
Aunque en un principio era utilizado por mujeres de la alta sociedad, poco a poco se popularizó su uso hasta convertirse en una prenda cotidiana en el siglo XIX.

Estos mantones estaban confeccionados con seda de diferentes calidades. El colorido también era muy variado, pudiendo ser muy vistosos, o de un solo color tanto en el fondo como en los bordados, mucho más discreto pero también muy elegantes. 


Los bordados podían estar situados por todo el mantón, en las cuatro puntas, o solo en los dos extremos. También podían llevar dos motivos iguales en dos esquinas y las otras dos más sencillas.

Se llevaban de diferentes maneras, cruzado sobre el pecho y atado a la parte de detrás, sujeto en el pecho con una joya y con las puntas sueltas, sobre la espalda y cogido con los brazos, etc.
Cubría casi por completo el traje de la mujer convirtiéndose en la prenda protagonista.

miércoles, 8 de julio de 2015

Pañuelo de la cabeza - Forma de colocarse el pañuelo IV

Variación de Cua
Esta forma de colocación era una posible variación de la de cua.


Se doblaba el pañuelo en forma de triangulo como en otras ocasiones y se envolvía solo el contorno de la cabeza atándose a un lado y dejando colgando el resto del pañuelo por la parte de atrás hacia la espalda.


El lado donde se anudaba el pañuelo solía ser el derecho y podía atarse con un simple nudo o con un lazo para dar mayor vistosidad como observarnos en este cuadro.

lunes, 8 de junio de 2015

Orfebres Montoya

Tras el interés de varios de nuestros seguidores por la orfebrería, hemos tenido la suerte y el placer de contactar con Miguel Montoya, gerente de Orfebres Montoya quien amablemente ha contestado a una serie de preguntas. Esperamos que esta entrevista contribuya a dar a conocer un poco mejor el siempre interesante oficio del orfebre.

¿Desde cuando se dedica a esta profesión?
Tras un largo periodo de aprendizaje a las ordenes del Doctor Honoris Causa de la Orfebrería, Don Fernando Roda, Orfebres Montoya comienza su andadura en solitario allá por el año 1976...

¿Como definiría sus trabajos de orfebrería?
Aplicando todas las enseñanzas e introduciendo algunas técnicas propias, defendemos el oficio de la orfebrería más ancestral. Un oficio 100% artesanal, lo que hace que cada una de nuestras piezas sea única y con carácter propio...


¿Qué estilos utiliza para realizar sus peinetas?
Nuestra labor consiste en recuperar dibujos y estilos característicos del siglo XVIII, reproducir modelos y mantener muy viva la tradición. Nuestra oferta se completa con la creación de modelos propios, siempre basándonos en ornamentación clásica de fotografías antiguas, cerámicas valencianas y piezas recopiladas de la época. Todo con un único objetivo, poner en el lugar que se merece la cultura más arraigada de nuestras raíces.

¿Cuáles son los materiales que emplea para la realización de sus aderezos?
La materia prima se reduce a cuatro metales con características muy definidas: Latón, cobre, plata y oro. Dichos materiales los acompañamos y aderezamos con piezas semipreciosas o preciosas de la mayor calidad, perlas cultivadas, coral reconstruido, etc.


Actualmente ¿Qué tipo de pendientes son los más solicitados? ¿Existen modas en este aspecto?
Dentro de la tradición, también conviven modas. El ejemplo más significativo, es una reproducción de un conjunto de girandolas montadas en nácar que comenzamos a hacer hace 5 años, siendo pioneros en la utilización de este material, a petición de la gran indumentarista Carmen Bueso “Flor”, y que hoy en día muchas clientas solicitan en aplicaciones muy diversas...


¿Cuál es la pieza más emblemática de su empresa por la que es reconocido por sus clientas?
Podría ser la peineta que reproduce un dibujo muy clásico que ilustró la portada del libro de culto que editó la reconocida indumentarista Victoria Liceras hace muchos años, y a día de hoy nos siguen reclamando con asiduidad...


Todos sus creaciones tienen algo especial, pero díganos ¿Tiene algún trabajo que destacaría por su complejidad en la elaboración?
Nuestras creaciones realizadas con mimo y sutileza, combinadas con el detalle, dedicación y paciencia, las rematamos con chapados o rodiados de la mayor calidad posible. Otro detalle es que nuestras púas, templadas bajo secreto profesional muy codiciado y guardado celosamente, hace que claven sin cortar el pelo después del peinado.


¿Cuál es la mejor manera de conservar las peinetas y los aderezos? ¿Tienen que tener un mantenimiento?
Evitando lacas y otros agentes dañinos, ayuda a tener un mantenimiento en el tiempo muy sencillo. Una limpieza periódica con un paño de algodón, es suficiente para mantenerlas impecables de por vida...

Muchas gracias, Miguel, por su colaboración. Sin duda contribuirá a dar a nuestros lectores una visión más profunda del oficio del orfebre y valorar las maravillosas piezas que grandes artesanos como usted realizan.

Orfebres Montoya - Comercio de orfebrería

Orfebres Montoya, está situado en la Calle Baja, 27 de Valencia, en el barrio del Carmen, uno de los barrios con más encanto de Valencia ubicado en el centro histórico.


En este comercio podemos encontrar gran variedad en peinetas y aderezos de valenciana con una técnica especializada. Piezas de orfebrería totalmente artesanales que hacen que cada una de ellas resulte única y especial.
También se realizan todo tipo de propuestas de orfebrería, como botonaduras, restauración de piezas antiguas, candelabros, retablos eclesiásticos, trofeos y un sinfín de trabajos únicos y muy emotivos.

jueves, 28 de mayo de 2015

La cofia femenina

Era una pieza muy antigua, en el siglo XVIII y XIX fueron muy utilizadas. Las mujeres de aquella época normalmente llevaban el pelo largo y recogido en un moño, aunque también en ocasiones utilizaban las cofias o redecillas que se llevaban como complemento para el vestir.


Como las de los hombres, las cofias eran una especie de saco o bolsa hecha de punto o de seda. Se introducía el cabello en el interior de esta especie de bolsa y se ajustaba a la cabeza por medio de una cinta pasada por jaretas. Algunas cofias iban rematadas con una borla y unos lazos que se ataban arriba de la cabeza y colgaban a los lados de la cara formando la llamada caramba. Colgaban sobre la espalda donde solían acabar en una especie de borla. Su tamaño era diverso, las había de menor y mayor dimensión.

Sus colores solían ser oscuros en las zonas de interior y más vistosos en las demás zonas. En las cofias de vestir los adornos y guarniciones consistían en cintas pasadas y cordones, borlas, etc. Las utilizadas para el trabajo eran más sencillas.

Las cofias de tela estaban confeccionadas con tejidos de muselina, seda, gasa, etc. Las realizadas a base de punto de red o caladas eran conocidas como redecillas y estaban elaboradas normalmente con hilo de seda o algodón.

jueves, 14 de mayo de 2015

El peal

Era una pieza que cubría el pie hasta la altura del tobillo o de media pierna. Se utilizaba para protegerse del frío y por ello los tejidos empleados eran la lana, el paño o similares. Se sujetaban por medio de piezas metálicas, o monedas.


Se llevaban encima de la media y luego se calzaba la alpargata.

miércoles, 29 de abril de 2015

Los botones

Los botones de la época que tratamos en este blog eran unas pequeñas o medianas piezas utilizadas para abrochar o ajustar la ropa. Aunque además en muchas ocasiones servían de adorno, ya que no tenían ni la función de abrochar.


Los botones más conocidos y populares son los llamados mançanetes o pometes, aunque existían otros con diferentes formas y tamaños, redondos, de pera, de bellota, de moneda, etc. Normalmente eran de metal o filigrana de plata o plata sobredorada, pero también podían ser de vidrio o azabache que eran más sencillos.


Unas veces el botón iba cosido y se abrochaba por medio de un ojal, Otra forma de cierre era mediante un ojete por donde pasaban los botones con cruceta.

Se utilizaban en los jubones de la mujer en la parte delantera y en las bocamangas y puños. También en los chalecos, chupas y calzones de hombres en la zona del delantero y en las bocamangas, puños y perneras.