El Artista
Inicia su formación en Valencia como discípulo de Francisco Martínez. Luego se traslada a Madrid, donde asiste al taller de Madrazo. Su educación artística culmina en París bajo los consejos de Duret. Sus creaciones evidencian su inclinación por los asuntos de género, cotidianos. En este sentido uno de sus cuadros más impactantes es El Viático dado a un mendigo moribundo, gracias al cual es premiado por la Diputación de Valencia con un pensionado para continuar su formación fuera de España. Entre su producción hay que destacar obras como Un alcalde de monterilla, que recibió la segunda medalla de la Exposición de 1864, El Tribunal de las Aguas, cuadro que nos ocupa o El charlatán político, y Salida de los picadores de la posada, entre otras.
Inicia su formación en Valencia como discípulo de Francisco Martínez. Luego se traslada a Madrid, donde asiste al taller de Madrazo. Su educación artística culmina en París bajo los consejos de Duret. Sus creaciones evidencian su inclinación por los asuntos de género, cotidianos. En este sentido uno de sus cuadros más impactantes es El Viático dado a un mendigo moribundo, gracias al cual es premiado por la Diputación de Valencia con un pensionado para continuar su formación fuera de España. Entre su producción hay que destacar obras como Un alcalde de monterilla, que recibió la segunda medalla de la Exposición de 1864, El Tribunal de las Aguas, cuadro que nos ocupa o El charlatán político, y Salida de los picadores de la posada, entre otras.
La Obra
El cuadro de El tribunal de las Aguas fue pintado en 1865. Se trata de un cuadro con dos versiones. Una fue adquirida por Napoleón III y se encuentra en el Museo de Burdeos y la otra se encuentra en Valencia, en el Palau de la Generalitat, que es la que nos ocupa.
La obra nos muestra un juicio ordinario del tribunal en el que dos figuras centrales captan la atención y dirigen nuestra mirada hacia el tribunal al lado izquierdo. Se trata de un variopinto grupo en el que la riqueza de los trajes de indumentaria tradicional hacen que el pintor se luzca con una rica paleta de tierras, blancos y rojos. Para equilibrar la composición, en la parte derecha aparece otro grupo menos ordenado, que parece reforzar la escena dirigiendo nuestra mirada de nuevo hacia el tribunal, excepto por el hombre que se encuentra de espaldas al grupo central poniendo orden en este grupo.
Llama poderosamente la atención cómo está resuelta la escena únicamente con la mitad inferior, reservando la mitad superior al fastuoso escenario en que se desnvuelve la acción: la puerta de los apóstoloes de la Catedral de Valencia.
El rico juego de claroscuro de nuevo centra la composición sobre el tribunal, aunque algunos ropajes blancos así como el pelaje del burro que se encuentra en primer plano, de nuevo vuelven a equilibrar la composición.
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