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Este blog trata sobre indumentaria valenciana. Analizamos piezas actuales y antiguas, desde el rigor histórico y la iconografía pictórica de diversos artistas valencianos.

También esperamos realizar entrevistas a distintas indumentaristas, artesanos, falleras y falleros que quieran colaborar con nosotros mostrándonos sus trajes.

jueves, 20 de enero de 2011

Las Enaguas

Las enaguas también llamadas sinagües, brials o faldetes de davall. Es una falda interior, que se llevaba puesta encima de la camisa en un número nunca inferior a dos, para dar vuelo a las faldas que se llevaban sobre ellas.

Para su confección se necesitaban de tres a cuatro metros de diámetro según el modelo. Su vuelo se recogía a la cintura por medio de pequeños pliegues y una pretina. En la parte trasera los pliegues llevaban el doble de tejido que la parte delantera. O sea que un tercio del tejido era para la parte de delante y dos tercios para la parte de detrás. Para su sujeción se utilizaban cintas que recogían la parte de detrás y la ataban delante. La parte de delante cruzaba por detrás, atándose también delante. De esta forma quedaban dos aberturas laterales que podían ir ornamentadas.

Su longitud era variable y dependía de las modas del momento de las faldas, siendo de unos 25-30 cm. desde la orilla hasta tierra en el siglo XVIII y prácticamente hasta el suelo en el siglo XIX y XX.

Las enaguas se confeccionaban con materiales hechos en casa como el lienzo y adornadas con lienzo fino o de botiga. Solían ser blancas o de color crudo, también se han encontrado de algodón, hilo y de colores pálidos.

Las ornamentaciones estaban en la parte inferior de la enagua, podían lucir lorzas o jaretas. También llevaban cordones entrecosidos para darle consistencia y servir de refuerzo a la prenda para poder aguantar mejor el peso de otras enaguas y de la falda o guardapeus que se llevaran encima de todo. Las enaguas que iban situadas más interiormente eran sencillas, casi sin adorno.

Las sobresinagües son las enaguas que se llevaban puestas más hacia el exterior, sobre las otras enaguas. Su confección era más esmerada y se utilizaban para los días de fiesta. Estaban profusamente adornadas con puntillas o randas, entredoses y bordados, solían llevar las iniciales de la propietaria que resaltaba el valor de la pieza. También llevaban volantes acabados en recto, ondas o puntas que tenían una doble función, adornar la prenda y ahuecar el conjunto.

A mitad del siglo XIX la prenda evoluciona y comienzan a llevarse enaguas más finas con tejidos como la batista, el hilo y el algodón y con menos vuelo a la cintura. Este vuelo se recogía por medio de una pretina que acumulaba el vuelo en la parte de detrás con una sola abertura y con una amplio volante adornado con lorzas pequeñas y encajes.

Actualmente las faldas o guardapeus de las mujeres resultan muy pesadas por la cantidad de tejido que llevan. Así que la gran mayoría han suplido el tener que llevar varias enaguas por los ahuecadores que han proliferado en los últimos años. De esta forma solo llevan una enagua fina encima del ahuecador muy adornada como las comentadas anteriormente y que observamos en las fotos. Esto hace que el conjunto resulte más ligero.

Las fotos de las dos enaguas actuales nos las ha proporcionado Monmeneu, la primera es de Margarita Vercher y la otra de La Llar del Fil.

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