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Este blog trata sobre indumentaria valenciana. Analizamos piezas actuales y antiguas, desde el rigor histórico y la iconografía pictórica de diversos artistas valencianos.

También esperamos realizar entrevistas a distintas indumentaristas, artesanos, falleras y falleros que quieran colaborar con nosotros mostrándonos sus trajes.

martes, 30 de mayo de 2017

Hablando de indumentaria valenciana con Vicente Ferrandis

La entrada de este mes es de las que no va a dejar indiferente a nadie y de la que vamos a aprender mucho. Hablamos con Vicente Ferrandis Mas, miembro fundador de la AVI y autor de numerosos libros y publicaciones hablando del tema de la indumentaria valenciana. Es todo un honor para nosotros contar con su colaboración y contestarnos unas preguntas.

¿Cómo surgió su interés por investigar sobre la indumentaria valenciana?

Aunque llevaba bastantes años, investigando sobre la historia local da Aldaya, el tema indumentaria, surgió con una exposición de indumentaria, que organicé desde el Aula de Cultura de Aldaya en 1979. El Aula de Cultura, había realizado varias exposiciones sobre temas monográficos con anterioridad, y en aquella ocasión, a la vista de la que entonces tenía montada Francisco Zanón, en Bugarra se inició la recogida de prendas del vestido en Aldaya, para moontar la exposición en 1980.
Desde ese momento, para documentar la exposición, comencé a recoger todas las piezas que me fue posible y en exclusiva, las que eran de la población. Me pareció que solo las piezas físicas, aportaban poco para el conocimiento de la indumentaria local, y decidí lanzarme a la investigación de archivo, que era algo que ya venía haciendo con temas de historia.

¿Desde cuándo se dedica a esto y que técnicas utiliza?

Como ya he mencionado en la pregunta anterior, desde 1979. En cuanto a la manera de investigar, doy prioridad a los datos aportados por la documentación de archivo.

Desde un principio, Francisco Zanón, que por entonces estaba empleado en el Archivo del Reino de Valencia, había revisado ya documentación relativa a Bugarra y yo, disponía de algunas cartas de dote de mi familia, con lo que llegamos a la conclusión de que era el mejor camino para documentar cual había sido la indumentaria utilizada por nuestros antepasados de todas las épocas.
La documentación de archivo, es lo suficientemente amplia para determinar las piezas del vestido. Especialmente de interés, es el documento llamado Carta de dote, en el que se relacionan todas las prendas que aporta la mujer a la comunidad familiar, y que ha de ser de utilización durante los años siguientes de su vida. Refleja totalmente la realidad del vestido de uso general en el momento en el que se otorga y los años inmediatos posteriores, al menos durante una década.

Existen también protocolarizados, otros documentos como son los inventarios de bienes, que podríamos clasificar como de “post mortem”, almonedas y de alguna tienda o negocio. Estos son algo menos representativos, ya que solo evidencian la existencia de la prenda, pero no tanto su uso en el momento.
Hay por supuesto, otros muchos tipos de documentos, que también pueden aportar documentación complementaria.

¿Cómo han evolucionado estas investigaciones?

Durante los dos primero años, es decir hasta mediados del 81, solo Francisco Zanón y yo, iniciamos la investigación de archivo conjuntamente. A partir del 81, de nuestra amistad con Fermin Pardo, que estaba recuperando las tradiciones musicales valencianas y que no era ajeno a la indumentaria, se incorporó al grupo. El año 82, supuso un cambio esencial. Con motivo de la competición futbolística “Gol y al mundial 82”, se nos propuso a los tres, montar en el crucero del antiguo Hospital General, una magna exposición de indumentaria. En esta ocasión se incorporó al grupo María Victoria Liceras, que en aquel momento, ya poseía una amplia colección de piezas de indumentaria, y un gran interés en la investigación. Con esto el trío, quedo convertido en cuarteto.
A partir de ese momento, comenzamos a reunirnos de manera periódica y decidimos darle al grupo una forma legal. De esta manera, nació la Asociación Valenciana de Indumentaristas ( AVI ). La intención desde su principio fue clara en sus principales puntos fundacionales.

- Debía aglutinar a las personas que estaban realizando trabajos de investigación documentados en el tema indumentaria.
- Debía divulgar por cualquier medio (publicaciones, exposiciones, charlas y otros medios audio-visuales) los conceptos básicos y los avances de investigación que se produjeran en el campo de la indumentaria.
- Situar la indumentaria tradicional al nivel de que por derecho, le correspondía, es decir de ciencia.
- Que la AVI, fuese el único organismo capaz de determinar cuál era la indumentaria tradicional valenciana y la utilización del término “indumentarísta”. Teniendo en cuenta que el término indumentaria según la RAE, es la historia del traje, solo es indumentarista el historiador del traje y no el que lo confecciona, que debe limitarse a modista o sastre, que son sus nombres específicos de siempre.

¿En qué estado se encuentran sus investigaciones?

Por mi parte, todos estos años, he continuado investigando documentación con la intención de publicarlas, pero la realidad, es que las actuales posibilidades de publicación del momento lo dificultan.
De todas las maneras, dispongo de dos blogs, donde publico cosas. Uno es http://filadis.blogspot.com.es/ donde se publican temas monográficos del vestido en general. El otro http://diccionariodeindumentaria.blogspot.com.es/, en el que se ha principiado un diccionario en el que estoy trabajando. Cuando esté finalizado, calculo que incluirá más de 10.000 entradas y más de 20.000 páginas, lo que lo hace impublicable sobre papel.

¿Qué le parece como se viste en la actualidad?

Esta pregunta es muy compleja a la hora de responder. En primer lugar, debo hacer especial hincapié, de que existen dos trajes diferenciados y con trayectorias distintas. El primero es el que yo, llamo Nacional, que a su vez tradicional e histórico.
Este traje nacional, es el que es, no puede ser modificado bajo ningún concepto; debe estar documentado mediante su estudio y no puede estar influido por invenciones posteriores a su época clásica de utilización. En el caso de las valencianas, comenzó a utilizarse sobre 1675 y finalizó sobre 1840.
El otro, es el llamado traje de Fallera, y que en un principio fue llamado traje de Labradora. Es el podríamos llamar traje típico, es por lo tanto estereotipado, y no está establecido por su uso cotidiano, sino por su uso ocasional como disfraz. En dicho traje, puede haber una evolución constante, aunque bajo mi punto de vista, no es lo deseable.
Sobre este tema, voy a publicar en breve un artículo en el blog, que espero que aclare para siempre el asunto.

Cada vez vemos como mucha gente va cambiando de tendencia a la hora de vestir y apuesta más por lo tradicional. ¿Qué le parece esta evolución?

Difiero de esta observación. Por ningún lado veo esa tendencia apostando por lo tradicional. En el mundillo fallero de las mujeres, se advierten unas tendencias que nada tienen que ver con lo tradicional; se visten con el traje de fallera (de espolín o imitado con brocados y brocateles), e incorporan nuevos elementos que algún pseudo-investigador les ha dicho que es correcto. Han incorporado pañuelos extraños a los que llaman peinadores y manteletas, desconociendo totalmente lo que es una manteleta (prenda de hombros, que lleva capucha y realizada con telas y pieles). El largo de los guardapieses o faldas, se ha exagerado y andan ayudando al ayuntamiento a barrer las calles. Otras son portadoras de verdaderas polleras o polisones, que les dan forma de campana y un “meneíto” no muy natural.

También las hay con peinados mal realizados por la falta de tradición entre las peliqueras, que en su mayoría saben hacer peinados a la moderna, pero no tradicionales. LLevan unos "caragols", que como ya dijo el viajero francés Pierre Léonce Imbert en la época que estaban de moda en toda España, y que ahora más que nunca, refleja la realidad del momento: Tiene aspecto de rodaja de cebolla quemada.


Con referencia a los grupos de baile, que son los que no deben utilizar el traje de fallera, y si el nacional o tradicional, debo decir que estoy muy decepcionado. También ellos están en retroceso, grupos en los que creía que iban por buen camino, cada vez visten peor; cada vez parece que tienen menos claro el bien y el mal en indumentaria. Al parecer, dentro de los grupos han aparecido unos “expertos en indumentaria” que son los que indican como deben vestir los miembros del grupo en las actuaciones y actos a los que acuden. La idea no es mala, siempre que el mencionado experto lo sea, cosa que al parecer casi nunca es la realidad.

¿Qué opina de la labor que se están realizando los establecimientos de Indumentaria Tradicional Valenciana?

Si nos limitamos a llamar así, a los que pudieran hacer Traje Nacional, en realidad no hay ninguno. Proliferan muchos establecimientos con ese título, pero en realidad todos se dedican a hacer Traje Fallero. Según mi criterio, nos sobrarían dedos en una sola mano, para contar los que son capaces de reproducir con autenticidad el Traje Nacional. A mí, me gustaría proponer, a todos estos establecimientos que se anuncian como artífices de Indumentaria Tradicional e Indumentaristas, se identificaran como de Indumentaria Fallera y dejasen el título de indumentarista a los investigadores de la historia del Traje Nacional.

¿Qué opina de los tejidos y los colores que se comercializan actualmente?

De nuevo, tendríamos que diferenciar entre Traje Nacional y Traje de Fallera. En el primero los tejidos deben ser lisos, de un solo color, o se pequeñas muestras de color/es distinto sobre un país de fondo amplio. Las principales decoraciones de los vestidos deben consistir en las guarniciones. En la actualidad, tanto estos tejidos como las guarniciones, resultan difíciles de conseguir en las calidades adecuadas. En los colores deben predominar en el siguiente orden: azul, verde, amarillo y rojo.


En el de Fallera, el buen gusto, aconsejaría que los tonos fueran claros pero alegres, con muestras pequeñas de flores, o de flores y ramajes, en las que los ramajes hagan como un fondo intermedio poco perceptible. En la actualidad, los diseños que tienen los fabricantes, están pensados para tapizar muebles, paredes, hacer cortinajes y cubiertas de cama. Se trata de dibujos de medallones grandes y de flores con ramajes grandes. Pocos son actualmente los tejidos y colores que me parezcan apropiados.

¿Qué prendas o piezas son indispensables en el vestido del hombre?

Hoy los falleros, intentan vestirse con el Traje Nacional. En algún momento vistieron con el mejor traje que tenía; después pasaron a vestir pantalón negro, una chaquetilla que quería recordar a la jupa y un fajín, que quería dar el efecto de faja.
Como ya hemos dicho, el vestido del hombre que se viste para las fallas o algún acto, donde se intente representar al labrador valenciano, por lo general lo hace más acorde de lo que es el Traje Nacional. Probablemente, esto se debe a que durante unos años se había perdido y al recuperarse, se han tenido en cuenta nuevos detalles, fruto indudable de las investigaciones realizadas.
El Traje Nacional del valenciano, venía explicado por todos los visitantes que pasaban por nuestras tierras: está reducido solo a lo indispensable. Lo indispensable era la camisa y los zaragüelles, ambos de lienzo. Como prendas complementarias de diario, eran alpargatas, faja y pañuelo a la cabeza. En los días festivos los labradores colocaban un segundo calzón ancho sobre el zaragüelles y un chupetín sobre la camisa; calzaban medias sin pie o con trabilla y solo en muy contadas ocasiones zapatos; sustituían el pañuelo por cofia y calaban montera o sombrero; en esos días festivos, solían dejar caer sobre su hombro izquierdo una chupa o manta de muestra.

Paralelamente, en las ciudades y poblaciones importantes, los menestrales y gentes de otros oficios, utilizaban calzón estrecho y ajustado a la rodilla.

¿Y las de la mujer?

De nuevo debemos hacer diferencia entre el Traje Nacional y el de Fallera. La primera debe vestirse inevitablemente con camisa y enagua como prendas interiores, guardapiés y justillo o jubón como exteriores. Como prendas complementarias de diario, serian el pañuelo de cuello para regular el escote del justillo o jubón; el delantal para proteger de manchas y roces el guardapiés; y calzada con alpargates.
En el de Fallera, las prendas indispensables son en realidad todas, ya que es un traje sujeto a un estereotipo. Se compone de guardapiés y monillo de espolín, brocado o brocatel, de mangas afaroladas, o con un jubón de mangas largas, ambos sin armar. Estas mangas del monillo, fueron ideadas por las roperías que se dedicaban a la confección, especialmente la ropería Casa Insa, con la intención de unificar justillo y jubón en una misma pieza. En este, no pueden faltar las grandes cintas para formar lazo en espalda y cintura; o las medias blancas y zapatos a conjunto con el vestido; además el delantal y el pañuelo de cuello deben formar un conjunto.


¿Qué es el Traje del siglo XVIII?

Cuando la AVI, comenzó su andadura, Victoria Liceras, estableció una tienda con ese nombre y con la doble intención de por un lado ofrecer la posibilidad, de que las que se quisieran vestir con el Traje Nacional, pudieran hacerlo con el debido asesoramiento, y las que se quisieran vestir con el traje de Fallera, lo hiciesen con cuerpos confeccionados sobre patrones de dicha época.



Esta iniciativa, fue seguida por otros establecimientos, que rápidamente asimilaron los cuerpos armados del XVIII, pero con interpretaciones libres que en nada se parecen a los antiguos. De esta manera, se ha formado un tercer traje, al que deberíamos llamar: Fallera del siglo XVIII.

¿Qué es el Traje de Huertana?

A partir de la última década del siglo XVIII, las valencianas, comenzaron a usar faldas exteriores de algodón estampado, a las que llamaron zagalejos Todas las clases sociales, utilizaron el algodón en sus faldas, que además de ser una fibra de por sí, más barata que la seda y la lana, era además más fácil producir muestras pintadas que tejidas y con los avances de la industrialización se iba abaratando aún más. Debemos valorar que un zagalejo de algodón, costaba la mitad que uno de la peor seda. Con esto, durante las décadas primeras del siglo XIX, los zagalejos de algodón, convivieron con el guardapiés de seda, pero a partir de la tercera década lo arrinconaron definitivamente, haciendo desaparecer a la par el Traje Nacional. En la actualidad lo visten los grupos de baile tradicional y algunas falleras, aunque estas últimas, soy de la opinión de que no deberían hacerlo, al menos en los actos falleros.

¿Qué encajes eran más utilizados antiguamente?

En la época clásica de la utilización del Traje Nacional, solo dos prendas llevaban encajes como guarnición, eran la camisa y el guardapiés. La camisa llevaba encajes de guarnición en las mangas y en el cabezón. Cuando la camisa llevaba el justillo encima se apreciaban estos encajes, pero si llevaba el jubón, solo eran visibles si la manga era muy corta, en cuyo caso los encajes solían ser independientes a fin de colocarlos a la manga del jubón y entonces se llamaban “vuelos”. La otra prenda que los llevaba era el guardapiés como guarnición de farfalán o franja, en la parte inferior.

¿Qué joyas son las correctas para vestirse de valenciana?

Hay una única joya imprescindible en el tocado de la valenciana y es la aguja. La aguja, es indispensable a la hora de confeccionar el moño, ya que es el soporte sobre el que se ha de trabajar para formarlo. A la aguja se la puede complementar o no, con un picador que llamamos “rascamonyos” y que tenía como misión aliviar los picores que pudiesen producirse en la cabeza, sin necesidad de despeinarse. Con el Traje Nacional, seria anacrónico llevar agujas de perlas.


Lo más distintivo del tocado de la valenciana es la peineta. Esta en la Huerta de Valencia, era apuntada y en el sur del reino debió de convivir con la rectangular. De todas maneras este detalle por el momento, está poco estudiado.


Las arracadas, estaban generalmente representadas por los “barquillos” con tres colgantes de perlas y los llamados “de a tres” cuyos colgantes eran tres almendrillas. Por lo general las arracadas solían formar conjunto con la “cruz”, especie de pieza de garganta que colgaba del cuello con una cinta. La pieza inferior solía figurar con la disposición de las piedras una cruz, de donde le venía el nombre.



El collar, se llevaba cuando no se llevaba la cruz, solía ser de varias pasadas de perlas finas o de cuentas más gruesas realizadas en nácar, coral u otras materias. A menudo se le incorporaba una crucecita o medalla colgada de un alacrán.

¿Cuál es la opinión sobre las joyas que se llevan en la actualidad?

La joyería, durante los últimos años, ha mejorado bastante, lo cierto es que han surgido algunos nuevos artesanos, que apartados de la joyería comercial actual, se han dedicado a reproducir la joyería valenciana antigua. La realidad, es que solo son unos pocos e insuficientes, para que el panorama cambie a corto plazo.
Me parece conveniente advertir, que son importantes ciertos detalles. A manera de ejemplo diré que es totalmente incorrecto que una mujer vestida con el Traje Nacional, lleve unos pendientes de racimo o polcas, que quedan cronológicamente fuera de él.
En general, me parecen excesivas. Cualquier fallera del momento, lleva encima más joyas que una princesa de la época.

¿Qué importancia le da a los complementos a la hora de vestir?

A mi entender, los complementos, no tienen ninguna importancia y por supuesto no son imprescindibles. Lo que vengo observando últimamente, es que tanto las falleras, como en los grupos de baile, ha entrado una afición a colgárselo todo, que algunos/as, parecen árboles de navidad. De todas formas, mi respuesta a la pregunta, es que, me parece correcto, mostrar algún artículo devocional, aunque debo indicar que por lo general muchos de estos artículos se llevaban ocultos. Lo que sí me parece incorrecto, es el uso indiscriminado que se está haciendo de lazos o cucardas, que ahora les llaman “carambas”.

¿Cuál sería el traje conveniente para asistir a una procesión?

Quiero entender que la pregunta se refiere a una procesión religiosa, y no a un desfile. Si es así, lo correcto es vestir una basquiña con un jubón negro; pañuelo blanco y manto negro. No procedería llevar delantal, ya que al no tener que realizar ninguna tarea doméstica, no es necesario proteger la falda.

Gracias Vicente por esta clase magistral y difundir con nosotros sus conocimientos.

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