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Este blog trata sobre indumentaria valenciana. Analizamos piezas actuales y antiguas, desde el rigor histórico y la iconografía pictórica de diversos artistas valencianos.

También esperamos realizar entrevistas a distintas indumentaristas, artesanos, falleras y falleros que quieran colaborar con nosotros mostrándonos sus trajes.

sábado, 23 de julio de 2011

José Benlliure Ortiz: La salida de misa en Rocafort




La salida de misa en Rocafort
1915
Óleo sobre lienzo 221,5 X 240,8 cm.
Museo de Bellas Artes. Valencia


EL AUTOR
José Benlliure Ortiz. Roma, 1884 – Valencia 1916. Conocido como Peppino. Hijo del pintor José Benlliue Gil, nació en Roma cuando su padre era director en la escuela de pintura de Roma. Allí conoció a José Villegas y Cordero, Francisco Pradilla, Ferrat, Antonio Muñoz Degrain, Moreno Carbonero, Joaquín Sorolla, Manuel Benedito Vives, y Eduardo Chicharro. Pintó sus primeros óleos con seis años de edad estimulado por su padre.

Entre 1897 y 1908 participa en diferentes exposiciones y certamenes en Roma con obras principalmente de temática paisajistica y de costumbres. En su etapa italiana cultiva el dibujo al natural y los óleos de paisajes típicos de Asís, como La vida del cardenal Merry del Val.

En 1901 se le otorga Mención Honorifica en la Exposición Nacional de Bellas Artes con una obra titulada "Paisaje de Valencia". En 1904 obtiene una nueva mención en la Exposición Nacional. En 1910 con la obra Pescadoras obtuvo su tercera medalla.

Fue discípulo de Joaquín Sorolla y acompañó a su maestro en distintos viajes, ayudándole en sus exposiciones. Colaboró con él en la construcción de la casa de este en la capital de España. Entre 1909 y 1912 viaja con Sorolla aprendiendo de su técnica y maestría.

En 1913 se instala en Valencia junto a su padre. A partir de este momento se centra en el retrato y en la pintura de género costumbrista. En 1915 presenta el cuadro La salida de misa de Rocafort (la obra que nos ocupa) a la Exposición Nacional y se le otorga una segunda medalla. Se trata de una escena de costumbres valencianas bajo la influencia de Sorolla. Al año siguiente consiguió la medalla de plata en la Internacional de Panamá con el cuadro La vieja del candil.
En sus últimas obras, entre las que destaca su autorretrato, se pueden observar las cualidades impresionistas de este pintor.

Después de su temprana muerte, a los treinta y dos años, su padre legó una importante cantidad de obras al Museo de Bellas Artes de Valencia.


LA OBRA


El lienzo nos muestra una escena costumbrista en la que un grupo de gente, mayoritariamente mujeres, salen de misa, ataviados con su indumentaria tradicional. A primera vista, nos llaman la atención varios aspectos, como son la composición, el formato y el color.

En primer lugar, la composición, muestra una clara disposición de elementos organizados sobre líneas diagonales que discurren desde la esquina superior derecha hasta la esquina inferior izquierda. El formato casi cuadrado, contribuye a reforzar la tensión de la diagonal y algunos elementos verticales, como las columnas salomónicas de la iglesia, crean el contrapunto necesario a dicha distribución en diagonal. Hallamos elementos que suponen llamadas de atención a la vista con el fin de romper la monotonía, como son el abanico y la silla.


Compositivamente, también podemos hablar de la posible utilización de la sección áurea en la distribución de elementos sobre la superficie pictórica. Las particiones áureas con respecto a la base del cuadro, originan dos líneas verticales que enmarcan los elementos de atención tratados antes: la silla y el abanico. Por otro lado, las particiones con respecto al lado, generan las dos líneas horizontales, una de las cuales pasa por los ojos de la mujer que mira al espectador en la parte izquierda, y la otra enmarca a la niña, así como la manta morellana que lleva recogida bajo el brazo el hombre de la derecha.


En cuanto al ritmo o repetición de formas, podemos advertir una serie de arcos que generan las distintas espaldas de los personajes y que contribuyen a reforzar el movimiento diagonal de arriba abajo y de derecha a izquierda.


En lo que se refiere al color, destaca el predominio de colores tierra y rojos, aderezados con blanco y con negro. Tan solo ligeras notas de verde en la falda de la mujer del centro y azules en el traje del hombre de la derecha aportan el necesario contraste cromático. En cuanto al contraste tonal, la gama queda muy bien definida gracias a los blancos y negros que la acotan y los tonos tierra que rellenan la zona intermedia. La luz, contribuye en esta obra a dibujar las siluetas de los personajes y sobre todo los rostros de los diferentes personajes.

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