Era
una prenda utilizada en el siglo XVIII por labradores, pastores y
gente con necesidad de abrigarse para trabajar.
Se
podían distinguir dos modelos de mantas. Las que se utilizaban
para el trabajo y las de vestir. Las utilizadas para el trabajo eran
de mayor dimensión, más bastas y sencillas, normalmente tenían
dos colores. Las de vestir, eran de un tamaño más
reducido, llevaban más colores y eran mucho más vistosos. Se adornaban con borlas y madroños en los extremos.
Nos
centraremos en las mantas utilizadas para el trabajo. Esta manta era
de lana muy resistente, podía llegar hasta los 3 metros. Uno
de los extremos solía acabarse en flecos hechos al enrollarse
la urdimbre.
Las
mantas más comunes eran de cuadros de colores azules y blancos
y otras en tonos marrones.
Tenían
muchas utilidades, se usaba como prenda de abrigo, para taparse durante la
noche, para protegerse de la lluvia, para sentarse encima de ella,
para ponerla sobre el caballo, etc.
Parece
ser que esta manta con el tiempo se refinó y se convirtió
en una de las prendas más características del labrador valenciano. De ella
hablaremos próximamente.
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