Es
un modelo similar a los zapatos actuales. Los primeros ejemplares no
diferenciaban un pie de otro como ocurre también con las
alpargatas o espardenyes.
Solían llevar una pequeña
cuña en vez de tacón y de llevarlo este era bajo. El
empeine era escotado y las puntas solían tener forma
redondeada o cuadrada. La suela era de cuero.
Los
tejidos empleados para su realización era la seda lisa o
estampada, el paño o la piel. Los colores más
frecuentes eran el blanco y negro, aunque también podían
ser de otros colores más llamativos.
Estos
zapatos llevaban como adorno lazos en la puntera y hebillas.
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