La Novia
1923 Óleo sobre lienzo 204 x 253 cm.
Propiedad del Ayuntamiento de Valencia.
Antonio Fillol (Valencia, 1870 - Castellnovo 1930) discípulo deIgnacio Pinazo Camarlench y alumno de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. Fue un pintor considerado como uno de los principales representantes del realismo social y autor de una extensa obra artística que recoge escenas, paisajes y costumbres del pueblo valenciano, todas ellas tratadas con delicadeza pero con una gran profundidad. Obras como La gloria del pueblo o La defensa de la barraca, son un claro ejemplo. Su pintura nos muestra temas a veces tratados con la más descarnada crudeza, como ocurre con su estremecedor lienzo La bestia humana o El sátiro. También fue uno de los impulsores del impresionismo en España.
Destacó además en su faceta de retratista, realizando una colección de pinturas de personajes típicos valencianos, dotándolos de una fuerte carga psicológica y evocativa. A lo largo de su carrera, fue acreedor de numerosos premios nacionales e internacionales. Obtuvo primeras medallas y numerosos reconocimientos en los certámenes y exposiciones a os que concurrió. Fue catedrático numerario de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos y promotor de reformas educativas. Como presidente del Círculo de Bellas Artes de Valencia contribuyó a revitalizar la vida cultural y a mejorar la situación de los artistas valencianos.
LA OBRA
El cuadro del que vamos a hablar nos muestra a una novia, saliendo de su barraca, acompañada de una serie de mujeres y de dos niños a la parte izquierda. La escena nos muestra a una novia radiante bajo la atenta mirada de todos los acompañantes. La sensación que produce la obra es la de ser una instantánea fotográfica, en la que varios de los personajes miran a cámara mientras que el resto miran a la novia. Al tratarse de un cuadro, estas miradas son un guiño cómplice al espectador y nos hacen partícipes de la escena, como si nos invitaran a involucrarnos en la celebración.
Compositivamente, la obra contiene distintos aspectos reseñables. En la siguiente imagen, hemos superpuesto una serie de líneas que se corresponden con las diagonales del formato (líneas verdes) las mitades del formato (líneas amarillas) los tercios (líneas rojas) y las secciones áureas (líneas azules). En primer lugar, la luz que ilumina la escena, es una luz difusa, propia de las escenas en sombra, excepto la luz directa que recibe la novia y parte de la fachada de la barraca. Esta luz parece atravesar los árboles que se intuyen fuera del cuadro para iluminar al personaje principal de la obra. Si nos fijamos, todos los elementos iluminados que se corresponden con los tonos más blanquecinos de la obra, se concentran en la parte superior derecha, justo por encima de la diagonal que baja de izquierda a derecha. La otra parte de la obra presenta tonos más oscuros y desaturados. En cuanto a las mitades, la línea vertical coincide con la guirnalda de la fachada, a su vez enmarcada por el blanco de la pared, coincide con uno de los ojos de las damas que nos mira directamente y enmarca a la novia que se mantiene inmediatamente a la derecha de esta línea. Y por último, los tercios y secciones áureas verticales, nos enmarcan las cabezas de la novia y de la otra joven que mira hacia el interior de la casa.
Por otro lado, los diferentes grupos parecen formar dos triángulos compositivos. El de la derecha, tal vez mucho más evidente, agrupa a la novia y a sus damas y el de la izquierda al resto de personajes. A su vez, los ojos de los distintos personajes principales, excepto los que se encuentran en segundo término, se distribuyen sobre el soporte en forma elíptica (línea magenta)
Cromáticamente, la obra destaca por el uso de los colores tierra semi saturados, los blancos con gran variedad de matices, los rojos y los negros. Es destacable el contraste entre el blanco de la novia y los negros del interior de la casa, que el autor parece haber querido compensar con el negro de la mujer de la izquierda y los blancos del delantal y los niños, en este caso, con menor ocupación de superficie y menor intensidad. En cuanto a la pincelada, resalta la sutileza y cómo la escena ha sido tratada sin grandes estridencias. Tal vez podrían considerarse como tales las causadas por los retazos de luz, en la que se manifiesta una mayor participación matérica de pintura, sin resultar en ningún caso pesada.
Lo siento leo demasiado rápido.
ResponderEliminar