Su realización se llevaba a cabo en telares de estrecho hechos adrede para esto, dejando sin tramar los extremos y haciendo flecos con el urdimbre en ambos lados. Uno de los extremos en ocasiones se doblaba por la mitad y se cosía formando una especie de bolsa que se cerraba por medio de una anilla metálica. Esto permitía poder llevar monedas, pañuelos y pequeños objetos.
Las de uso diario solían estar confeccionadas con tejido de lana, algodón o cáñamo y medían de 2 a 2,50 metros. Las de vestir eran de seda y lana fina y podían medir hasta 3 metros. También las había con espigas o formando dibujos pequeños y rayadas, en algunos casos las rayas estaban situadas en los extremos visibles.
Los colores en el siglo XVIII eran variados y lisos como el rojo, negro, blanco, azul, verde, etc. La faja podía llevarse encima del chaleco, sobretodo cuando se llevaba la chupa encima de el, o debajo cuando el chaleco era abierto. Más adelante la faja también se ponía encima del blusón sujetándolo.
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