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Este blog trata sobre indumentaria valenciana. Analizamos piezas actuales y antiguas, desde el rigor histórico y la iconografía pictórica de diversos artistas valencianos.

También esperamos realizar entrevistas a distintas indumentaristas, artesanos, falleras y falleros que quieran colaborar con nosotros mostrándonos sus trajes.

martes, 29 de septiembre de 2015

El Justillo II

El justillo fue una pieza muy utilizada desde tiempos antiguos, teniendo su época de apogeo en el siglo XVIII, donde se popularizó y fue una prenda muy característica en la indumentaria tradicional valenciana. Creemos que se merece volver a hablar sobre el, esta será la tercera ver que tratamos el tema y vamos a englobar las dos entradas anteriores y a extendernos más en la explicación.

El justillo también era llamado cotilla, coteta, cosset según la comarca. Era una pieza exterior que cubría el cuerpo desde los hombros a la cintura ajustando el cuerpo y oprimiendo el pecho, no llevaban mangas y se llevaba siempre encima de la camisa.
Para acoplar esta prenda al vuelo de la falda llevaba unas pequeñas aberturas de la cintura para abajo llamadas aletas, almenas, faldillas, etc. En la parte superior llevaban hombros o tirantes.


El escote era amplio y grande, normalmente de forma cuadrado, rectangular, redondeado o en forma de M. En su gran mayoría estaban abiertos por delante y existían dos tipos de encordado. En uno los ojetes estaban a la vista y se ataban por medio de un cordón pasado por ellos, confeccionado a mano de seda o algodón en la parte exterior. La otra manera de encordar llevaba los ojetes en la parte interior realizados en una tela cosida en el borde del delantero que ocultaba el cordón.

La punta delantera podía ser redondeada, triangular o cuadrada y su largo solía ser el doble que el de las aletas. Su función era la de alargar y estilizar el cuerpo femenino.


En la parte de la espalda lo más común era llevar tres aletas, una central más grande de diferentes formas, de rectángulo, trapecio, cola de milano, etc y dos más pequeñas a los lados. También podían llevar dos aletas iguales o una sola central.

El número de aletas dependía del modelo del justillo y del tamaño de la persona que lo llevaba. Podía llevar de cuatro a once, pero el numero más habitual eran nueve. Estas aletas podían ser rectangulares o redondeadas y su largo era de seis o siete cm. Posteriormente desaparecieron de la vista al llevarse por dentro de la falda.


Para que la pieza quedara rígida se utilizaban unas varas de madera, de olivo, palmera, esparto, paja, etc. situados entre el forro y el tejido y pasado por unos pespuntes. Esto permitía ajustar y estrechar la cintura y levantar el pecho. Este encañado se situaba en la parte delantera, pero también podía ir en el centro de la espalda.

En la parte superior casi siempre los justillos se ajustaban a los hombros por tirantes añadidos, esto permitía ahorrar tejido, ya que podían estar hechos con telas de otras calidades que quedaban ocultas al llevar puesto el pañuelo de pecho. Solían ir en disminución de detrás a delante quedando una punta redondeada escondida en el escote o abrochándose delante con la parte delantera. Como ya hemos comentado esta forma era la más usual, pero también podía ser que el delantero y el trasero fueran de una pieza que se unía en los hombros por medio de una costura.


Habían diferentes modalidades de patronaje. En la parte de la espalda unas tenían costura central y otras llevaban la espalda entera sin costura. También en la parte delantera habían variaciones, las que tenían la pieza delantera añadida y las que no tenían pieza delantera diferenciada.
Destacamos que los justillos nunca se confeccionaban con pinzas o pliegues, era la forma correcta del patrón la que conseguían ajustar de forma correcta el cuerpo.

Las telas empleadas para su confección eran muy variadas porque debido a la poca cantidad que se necesitaba toda mujer podía permitirse tener un justillo realizado en seda, como eran los brocados, rasos, espolines, tafetanes, etc. También los había más sencillos realizados en algodón, lienzo, hilo, etc.

Los dibujos de los tejidos eran en su mayoría florales. Grandes ramos y jarrones que podían ocupar toda la espalda de la pieza, normalmente todos estos tejidos eran simétricos. También podían ser con dibujos de cestas con flores, o pájaros de pequeño tamaño, estos diseños eran asimétricos. Otros dibujos eran de pequeñas flores simétricas y otros no tan populares con motivos geométricos, rallas o a cuadros.

El colorido eran generalmente vivos, los colores de base más utilizados eran el rojo y sus variantes, rosa, salmón. El azul y sus tonalidades y la mezcla de los dos, berenjena, malva, etc.


Los motivos ornamentales y decorativos se situaban en el escote, hombros, tirantes o aletas. En ocasiones llevaban unos recortes hechos de cuero o piel, que además de decorar protegía la zona, estás solían situarse en la punta delantera y en las sisas. En la espalda algunos llevaban un hilo dorado o plateado superpuesto en las costuras formando cenefas en forma de bordados de cadeneta o de realce.

El justillo en principio fue una prenda exterior, luego pasó a ser semi exterior utilizándose debajo de otras prendas ya en el siglo XIX. Con el paso del tiempo esta pieza derivó en el corsé.

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