Era
una pieza muy antigua, en el siglo XVIII y XIX fueron muy utilizadas.
Las mujeres de aquella época normalmente llevaban el pelo
largo y recogido en un moño, aunque también en
ocasiones utilizaban las cofias o redecillas que se llevaban como
complemento para el vestir.
Como las de los hombres, las cofias eran una especie de saco o bolsa hecha de punto o de seda. Se introducía el cabello en el interior de esta especie de bolsa y se ajustaba a la cabeza por medio de una cinta pasada por jaretas. Algunas cofias iban rematadas con una borla y unos lazos que se ataban arriba de la cabeza y colgaban a los lados de la cara formando la llamada caramba. Colgaban sobre la espalda donde solían acabar en una especie de borla. Su tamaño era diverso, las había de menor y mayor dimensión.
Sus
colores solían ser oscuros en las zonas de interior y más
vistosos en las demás zonas. En las cofias de vestir los
adornos y guarniciones consistían en cintas pasadas y
cordones, borlas, etc. Las utilizadas para el trabajo eran más
sencillas.
Las
cofias de tela estaban confeccionadas con tejidos de muselina, seda,
gasa, etc. Las realizadas a base de punto de red o caladas eran
conocidas como redecillas y estaban elaboradas normalmente con hilo
de seda o algodón.
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