Haciendo cuentas
1880
Óleo sobre lienzo 56x43cm.
Valencia,
colección particular.
EL AUTOR
Nos referimos a la entrada del blog en
la que ya se habló de este autor.
LA OBRA
El cuadro representa una
escena cotidiana en la que un hombre y una mujer repasan las cuentas
económicas del hogar. El hombre aparece sentado a la mesa
escribiendo en un papel mientras la mujer le recuerda en un claro
gesto de sus manos diferentes cosas que parece haber olvidado. El
estereotipo masculino muestra a una persona tranquila, pensativa y
quizá despistada. La figura femenina parece más
despierta, implicada e insistente. Los dos personajes se encuentran
en un espacio interior, en el que se observan los suelos, las sillas
y mesas, las paredes encaladas y los azulejos del zócalo
típicos valencianos. Sobre las desnudas paredes, un reloj de
péndulo y un cuadro rellenan el vacío existente. Estos
elementos, junto con los azulejos y la indumentaria, denotan una
cierta posición social en los personajes.
La obra utiliza un estilo
naturalista con gran cuidado en los detalles. Las figuras se mueven
sobre una escenografía bien planificada. Por un lado podemos
observar los grandes planos frontales de las paredes y el pilar a la
izquierda. Por otro lado, el plano horizontal nos da cierta
información de profundidad, ya que se utiliza un tipo de
perspectiva cónica con un punto de fuga que está
situado sobre la línea horizontal imaginaria que divide en dos
el formato y que prácticamente coincide con la línea
vertical de la sombra proyectada del pilar sobre la pared. En la
siguiente imagen, podemos ver una serie de líneas blancas que
se sitúan sobre las líneas de profundidad del cuadro.
Si
el cuadro se divide en cuatro partes, (líneas naranjas) estas
líneas coinciden con los dos rostros de los personajes y con
el brazo de la mujer. También la posición del marco y
la altura del zócalo parecen coincidir con dichas líneas.
El formato se aproxima a
un rectángulo √2:
es decir aquel que tiene como lado menor el lado de un cuadrado y
como lado mayor el lado de la diagonal de un cuadrado. Si se dibuja
un cuadrado en la parte superior y otro en la parte inferior y se
trazan sus respectivas diagonales (líneas violetas), podemos
observar alguna coincidencia con la distribución de los
elementos. Por una parte, el cuadrado oblicuo central enmarca el
torso, brazo y cabeza de la mujer. Por otro lado, algunas de las
líneas oblicuas coinciden con formas como el brazo del hombre,
su cabeza y mano derecha, el centro del reloj, etc.
Por
otro lado, las figuras se encuentran situados sobre la parte inferior
en posición circular, envueltos por una línea
envolvente (línea azul) que queda definida por los elementos
de la pared: el reloj y el cuadro. Cabe destacar el movimiento de la
obra. Ya que pese al estatismo de la escenografía, muebles y
la figura sentada, la posición de la mujer avanzando hacia la
derecha, así como la posición del péndulo del
reloj que refuerza esta tensión, producen una sensación
de vida e instantaneidad en la obra de gran impacto.
La
luz empleada para iluminar la escena es suave y difusa. No se crean
grandes estridencias ni contrastes demasiado acusados. La matización
de los colores es relativamente suave sin grandes contrastes de
claroscuro.
La
gama de colores es más bien neutra, debido a la gran cantidad
de blancos y grises presentes en la obra. En cuanto a los colores más
intensos hay un ligero predominio de colores cálidos, como en
el suelo, muebles, color de piel, corpiño y mantel. Este
predominio queda contrarrestado por la frialdad de los azules de la
falda, calzones, medias y chupa que consigue equilibrar el cromatismo
de la obra.