El origen de esta prenda es muy antiguo, iba colocada encima de la piel y solía llevarse tanto de día como de noche. Su composición estaba formada por varias partes.
El cuerpo también conocido como árbol o arbre. Cubría desde los hombros a las rodillas, podían ser aproximadamente de unos 90 cm. de largo y de 74cm. de ancho. Además solían llevar unas piezas triangulares en los laterales llamadas gayas o nesgas para darle mayor holgura.
Las costuras laterales se cosían hasta unos 60 cm. por lo que quedaban unos 30 cm. sin coser para facilitar el movimiento. Esta parte se conoce como falda o faldones.
Las costuras laterales se cosían hasta unos 60 cm. por lo que quedaban unos 30 cm. sin coser para facilitar el movimiento. Esta parte se conoce como falda o faldones.
Las camisas más antiguas no llevaban ni pechera ni canesú. Estaban confeccionadas en una sola pieza sin cortar en la parte superior y sin unión en los hombros. La parte alta se escotaba adaptándola al cuello, el frunce se recogía por medio de una pieza llamada cabeç o cabeza. Esta pieza es de unos 6 a 7 cm. de ancho y doblada formaba el cuello de la prenda. Se cerraba con dos botones o pasadores de lino o metal por medio de dos ojales. La zona de los hombros iba reforzada.
El pecho llevaba una abertura en la parte delantera, alrededor de la cual se ponía una tira llamada babero. En la parte interior de esta pieza quedaban escondidos los botones para abrochar la prenda. En la parte inferior del babero podía llevar bordadas las iniciales del usuario.
Otra parte de la camisa son las mangas que se colocaban a la altura de los hombros. Eran rectangulares y muy anchas, fruncidas en sus dos extremos en hombros y puños. Llevaban una pieza de tela cuadrada en la zona de las axilas que unía la manga al cuerpo llamado esillero o eixelleró. Ésta servía como protección de la zona y para proporcionar mayor movimiento al brazo.
El puño estaba formado por una tira de lienzo de unos 3 a 5 cm. de ancho y de 18 a 22 cm. de largo también llamado endoblegó. Se abrochaba por medio de un botón y ojal.
Las camisas estaban confeccionadas con hilo y lienzo en todas sus calidades y variedades. Las zonas visibles llevaban tejidos de mejor calidad. Con el paso de los años se utilizó el algodón, que resultaba más práctico y económico. Más adelante se introdujo el color en forma de rayas pequeñas y motivos geométricos.
Las más lujosas lucían bordados en la zona del babero, hombros, cuellos y puños de punto de cadeneta normalmente en color blanco y deshilados.
La hechura de la camisa se mantuvo durante el siglo XVIII y el inicio del XIX. Luego comenzaron las modificaciones de las mangas, cuello y pecho donde aparece la pechera. La distribución del vuelo se recogía en pequeños pliegues que aplanaban esta zona. Esta pechera también se podía adornar mediante puntillas y encajes.
Más adelante esta pieza se colocó postiza cosida a la camisa.
En el siglo XIX la camisa fue cubierta por la blusa y pasó a utilizarse como prenda interior.
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