Es
un bordado sencillo muy conocido por la gente, fácil de
trabajar y con un resultado muy vistoso. Era una de las técnicas
más antiguas de bordado,
El bordado del punto de cruz como el
que ahora se realiza comenzó a utilizarse en Europa durante la
Edad Media, para generalizarse en el Renacimiento. Los motivos
florales y religiosos eran los más recurrentes.
Los tejidos que se
utilizaban era el lino, la seda y la lana. Ademas de no disponer de mucha variedad de hilos de colores, el que más aguantaba los lavados era el rojo. Más adelante apareció
el hilo de algodón, el que se utiliza en la actualizad tiene seis
seis hebras que se pueden separar y utilizar la cantidad que se
quiera, también se usan hilos de lana, rayón y metal.
Estos bordados se empleaban para ornamentar piezas como mantelerías, tapetes, lencería y ropa interior.
Este
bordado consistía en formar cruces con los hilos contando
cuadrados en la tela en todas las direcciones, horizontal, vertical y
diagonal que formaban un dibujo. Para facilitar el trabajo si la tela
es lisa se utiliza el cañamazo, que es una tela de algodón,
lino o cáñamo con una trama y una urdimbre muy separada
que se pone por encima de la tela que vamos a bordar y nos permite
contar con facilidad los cuadros. Una ver acabado el bordado se quita
el cañamazo deshaciendolo tirando de sus hilos y quedando el
bordado en la tela.
En
la indumentaria tradicional observamos que estos bordados aparecen el
prendas de ropa interior como son las camisas, tanto masculinas como
femeninas y enaguas donde se bordaban las iniciales del usuario.
Aprecian en la parte delantera de estas prendas. También en
els lligacames o atapiernas donde era típico poner una frase
bordada.
La foto primera es de internet y la segunda de Filigranes.